No hay palabras para describir lo de hoy. Intentaré hacerlo pero será harto difícil de hacer.
140700 personas en el Circuit de Catalunya (el recinto deportivo más grande de nuestro país) han vibrado con el GP de España de Fórmula 1, evento que para mi biografía queda bautizado extraoficialmente como Carrera De Mi Vida.
Sí, estábamos tirados en el pelouse (hierba), rodeados de alonsistas fumados y bebidos. Pregunto: ¿es absolutamente imprescindible fumar porros y beber cerveza para ver la Fórmula 1? A juzgar por nuestro entorno, sí; pero ese es otro tema. El pelouse parecía una playa por la densidad de personas por metro cuadrado y por los utensilios que traían (neveras, toallas, bañadores, tumbonas, crema solar, etc.) ¿Nosotros? Con unas cuantas prendas de vestir rojas, unas banderas de Ferrari y las ganas de animar durante 66 vueltas tenemos suficiente. Han sido horas de aburrimiento, de sol, de calor, de colas, de empujones en el tren de vuelta pero... subirse a las rejas del circuito y celebrar la victoria de Massa y después saltar y festejar con unos aficionados brasileños, malteses y españoles esta victoria ya vale la pena. Vale la pena por haber podido cantar el himno de Italia (bandera en mano) mientras éste sonaba en la megafonía.
No importaba el ruido ensordecedor y forzosamente malo para el oído de los coches zumbando a 20 metros de nuestras posiciones. No importaba que nos estuviéramos insolando. No importaba que entre carrera y carrera pasaran minutos eternos. No importaba que los lavabos tuvieran colas kilométricas. No importaba el olor de la sustancia que se consumía a nuestro alrededor. No importa que no pueda escribir una de mis "crónicas" porque la carrera desde pantalla gigante no se puede seguir al 100%. No importaba que los alonisistas nos miraran como si hubieramos asesinado a su madre cuando festejábamos que Alonso se había ido a la puzolana. Esto es la Fórmula 1 en su estado más puro y lo demás no importa. Nuestra misión era disfrutar y animar a la Scudería y creo que hemos cumplido con creces los objetivos marcados.
Me he llevado una conclusión de Montmeló: "La carrera en la tele se ve, en el circuito se vive".
140700 personas en el Circuit de Catalunya (el recinto deportivo más grande de nuestro país) han vibrado con el GP de España de Fórmula 1, evento que para mi biografía queda bautizado extraoficialmente como Carrera De Mi Vida.
Sí, estábamos tirados en el pelouse (hierba), rodeados de alonsistas fumados y bebidos. Pregunto: ¿es absolutamente imprescindible fumar porros y beber cerveza para ver la Fórmula 1? A juzgar por nuestro entorno, sí; pero ese es otro tema. El pelouse parecía una playa por la densidad de personas por metro cuadrado y por los utensilios que traían (neveras, toallas, bañadores, tumbonas, crema solar, etc.) ¿Nosotros? Con unas cuantas prendas de vestir rojas, unas banderas de Ferrari y las ganas de animar durante 66 vueltas tenemos suficiente. Han sido horas de aburrimiento, de sol, de calor, de colas, de empujones en el tren de vuelta pero... subirse a las rejas del circuito y celebrar la victoria de Massa y después saltar y festejar con unos aficionados brasileños, malteses y españoles esta victoria ya vale la pena. Vale la pena por haber podido cantar el himno de Italia (bandera en mano) mientras éste sonaba en la megafonía.
No importaba el ruido ensordecedor y forzosamente malo para el oído de los coches zumbando a 20 metros de nuestras posiciones. No importaba que nos estuviéramos insolando. No importaba que entre carrera y carrera pasaran minutos eternos. No importaba que los lavabos tuvieran colas kilométricas. No importaba el olor de la sustancia que se consumía a nuestro alrededor. No importa que no pueda escribir una de mis "crónicas" porque la carrera desde pantalla gigante no se puede seguir al 100%. No importaba que los alonisistas nos miraran como si hubieramos asesinado a su madre cuando festejábamos que Alonso se había ido a la puzolana. Esto es la Fórmula 1 en su estado más puro y lo demás no importa. Nuestra misión era disfrutar y animar a la Scudería y creo que hemos cumplido con creces los objetivos marcados.
Me he llevado una conclusión de Montmeló: "La carrera en la tele se ve, en el circuito se vive".
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