jueves, 19 de julio de 2007

Aquel polvillo blanco

En mi segunda parada en mi Verano JASP (Julio, Agosto y Septiembre Pringando) me he trasladado a un ambiente bastante diferente al de la Nevera Gigante. Los buenos tiempos han pasado y ahora han empezado los inciertos tiempos o "el tiempo dirá" si es que lo hay.

Me he vuelto adicto a una sustancia con forma de polvitos blancos que ponen a mil. Los tengo por todos sitios, pantalones, camiseta, gafas, dedos... Sobretodo en ésta última parte del cuerpo, están ahí con afán de que los consuma aunque procuro no caer en ello, más que nada por falta de tiempo y mi conciencia higiénica.

Sí, la harina tiene estas cosas, que la ves por la calle tirada y dices: "Esto es coca". La ves en mi lugar de trabajo (que dista bastante de ser un garito) y dices: "Esto es harina". Sí, amigos, me dedico al noble arte de fabricar dónuts que no son de la marca Dónuts (o sí, eso aún no lo sé). Teóricamente hago las tareas que los superiores a los ETTeros no quieren o no están por la labor de hacer. Hay que decir aunque suene obvio que éstas son las tareas más físicas o más repetitivas de hacer, pero si no se hacen, no entra pasta en la cuenta del banco. A qué cosas nos rebajamos los seres humanos por dinero...

Durante éstos días (2) he llegado a la conclusión que la harina me gusta tan poco como la cocaína. Es una sustancia difícil de manejar, que cae por doquier y trae locas a las mujeres de la limpieza que hacen su faena a sus anchas por la nave sabiendo los entresijos del negocio mucho mejor que algunos trabajadores de empresa. Esta sustancia te impregna la ropa que no queda cubierta por la batita de celulosa que nos es proporcionada a los ETTeros y se te queda pegada a las gafas haciendo que en pocas horas haya como neblina en la línea de fabricación.

Bienvenido a la Fábica de Dónuses.

[CANCIÓN DEL DÍA = "Es una lata el trabajar" de un intérprete anónimo para mí.]

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