lunes, 26 de enero de 2009

El Día Después del Karting

Quien diga que el automovilismo en cualquiera de sus formas no es un deporte, que se lo haga mirar. Esto viene a cuento de un debate que tuve con un compañero de universidad no hará mucho, que sostenía que cualquier deporte de motor no debía ser considerado deporte. Bien, yo sí lo considero; por lo que he visto toda la vida y más después de lo de ayer.

Para mí, un juego que dispone de federaciones, donde sudas y donde te tienes que entrenar para ser mejor; es un deporte, sin vuelta de hoja. En cuanto al motor, tenemos la FIA (para bien o para mal), sudas y los pilotos de cualquier disciplina se pasan en el gimnasio sus buenas horas poniendo cachas su cuerpo para ser mejores y para que no les duela todo su cuerpo el día después.

A mí me duele todo, porque no estoy acostumbrado. Si una sola carrera siempre suele dejar secuelas al día después, dos carreras casi seguidas (gracias al bono 2x1) serán inolvidables. Tengo la pierna derecha hecha polvo, no son unas simples agujetas, empezando por el tobillo y acabando por "la parte donde se une a la pelvis cuyo nombre no sé". El gemelo me duele por haber estado apoyado sobre una barra, la rodilla me duele porque pegaba con el kart en las curvas de derechas (mayoritarias en ese circuito) y en general tengo unas agujetas bastante guays en toda la pierna.

En cuanto la pierna izquierda, como si no hubiera pasado nada, no lo entiendo.

La espalda es un mundo aparte, suele dolerme durante dos o tres días después de una carrera, producto de la mala adaptación del asiento a mi columna (o viceversa) pero ya estoy acostumbrado a ello, suele salirme un bultito.

En los dedos noto unas ciertas agujetas, no muy acusadas, pero ya en las palmas la cosa se empieza a poner seria. En los brazos, ciertas molestias; sin duda a causa de aguantar el volante. Como en las carreras profesionales, la recta paralela al pit lane (no diré de boxes porque no hay boxes) sirve para descansar los brazos, que sobre las 13 vueltas ya empezaban a hacer figa.

En el cuello, ligerísimas molestias, las fuerzas G no son tan exageradas como para provocar dolor, pero sí que las acabas notando.

Pero que nadie se asuste, me encanta ir al Indoor Karting Barcelona y me lo paso como un cabrón, hay pocas cosas mejores para liberar adrenalina (y en las que no corras un peligro mortal) y me encanta la sensación de velocidad pero de seguridad a la vez. Suelo ser, invariablemente, el más lento de la pista (los tiempos lo demuestran) y siempre acabo viendo banderas azules, pero me encanta correr. Y más ayer, que las dos carreras fueron totalmente limpias, con una bandera amarilla bastante corta y ya está, así da gusto correr (si no fuera por la gente que es muy buena y te dobla tres veces).

Como siempre, lo recomiendo a todo el mundo, aunque la experiencia deje secuelas a cuerpos sedentarios y nulamente entrenados como el mío.

[CANCIÓN DEL DÍA = "Gasoline" de Kicking Harold, canción de entrada del programa Overhaulin' del Discovery Channel.]

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