jueves, 21 de agosto de 2008

Barajas... ¿te acuerdas?

Este iba a ser el verano de Michael Phelps, de Usain Bolt, de Joan Llaneras, de las rusas de la natación sincronizada y de todos aquellos atletas que están a años-luz de los tripones como yo. Tambien iba a ser mi verano de Nueva York, pero desgraciadametne, se añade un hecho más a los asuntos remarcables del verano de 2008.

Muy bestia lo de Barajas. No voy a describir lo sucedido porque para eso están los periódicos de mañana y los canales de noticias 24 horas. Tampoco voy a dar pésames ni ponerme a reflexionar sobre las cosas que otros bloggers de más calidad y más entidad que yo ya hacen mejor que yo.

Desde que empezó el siglo XXI, cada año ha tenido un suceso (nacional e internacional) que sobresale sobre todos los demás por su "tragicidad". En 2007, el asunto Madeleine hizo correr tanta tinta como cualquier atentado terrorista que se precie, también los hechos de Virginia Tech sacudieron al mundo. En 2006, en agosto, se desarticuló una red terrorista en Reino Unido dispuesta a liarla en los aviones (ni me acordaba, he tirado de Wiki). Asuntos deportivos a mogollón. En 2005, un montón de personas murieron en dos incendios en París y el Papa Juan Pablo II murió (tragedia bestial para muchos, muerte para la mayoría). Por no hablar del huracán Katrina y del 7-J. En 2004, con hablar del 11-M es más que suficiente. En 2003, el transbordador Columbia explotó en plena reentrada, y empiezan las mortaldades en Irak. En Irán, un terremoto lo arrasó todo. En 2002, con lo del Prestige nos sobra y nos basta. Y el 2001 es imposible recordarlo sin pensar en el 11-M.

No es un atentado terrorista (o eso nos han hecho creer) pero las imágenes del 3/24 me recordaron demasiado a aquello. Y justamente a la hora de los Simpson. Los atentados del 11-S se produjeron a la hora de la serie; Aznar me chafó la serie cuando se creía que ETA estaba tras el 11-M y por supuesto, no hubo serie cuando lo del 7-J... ¿te acuerdas? Más para atrás nos pillan la riada de Biescas, el incendio aquél en la costa en un cámping de alemanes (no me acuerdo del nombre de la zona), el hundimiento de la barca de la Oca en Banyoles, el asunto del Yakolev en Turquía, el atentado de Hipercor... y lo que no son matanzas.

Estas cosas (matanzas, o llámalo como quieras) suelen olvidarse rápido dentro del imaginario colectivo. Las teles nos fríen durante una semana a programas especiales y esporádicamente la clase política se tira los trastos a la cabeza, pero una vez pasada la moda, las aguas vuelven a su cauce aun y cuando han quedado destrozadas más de cien personas (literalmente) y cien familias (figuradamente). Lo sé, hoy tengo el humor negro subido.

Me sorprende lo poco que la gente recuerda, o poco que la gente habla de los atentados de Londres. Yo los seguí minuto a minuto por els Matins de TV3, a diferencia del accidente de hoy en el que sólo estaba en casa cuando se creía que el avión se había salido simplemente de la pista. Ha sido al llegar cuando me he puesto más que al día, al minuto. Siguiendo con lo que decía, pocas personas recuerdan ya lo del 7-J. Yo me acuerdo mucho, quizá porque ya me pilló algo más mayorcito pero una de las imágenes del siglo XXI será ese autobús rojo de dos pisos reventado por dentro. El accidente de hoy quizá no pasará a imagen del siglo XXI en el mundo, pero sí en España. 

En cambio, todos guardamos muy bien en nuestra retina aquellas dos torres arrdiendo mientras Matías Prats exclamaba: "¡La otra torre, la otra torre!". Y más después de haber estado por ahí cerca últimamente. Según muchos, incluído yo, fue el día que cambió el mundo ya que pasamos de vivir en la "normalidad" a ser grabados y fotografiados casi casi en nuestras propias casas y a tener miedo de un enemigo que aún no se sabe si existe. Mirad cómo ha subido el petróleo con el cachondeo de Irak y con el petróleo, todo lo demás. Todos nos acordamos, y nos acordaremos de lo del 11-S, aunque quizá no es cuestión de compararlo con el suceso de hoy, que sólo tiene que ver que intervienen aviones en ello.

Supongo que esta entrada de hoy no tiene una finalidad de reflexión como suelen tener casi todas mis entradas. Había empezado a escribir con ese objetivo y veo que a estas horas y en estas condiciones, me ha salido un churro de entrada como pocas. Pero bueno, hecho está.

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