viernes, 20 de marzo de 2009

¡Zas! ¡En toda la boca, Ecclestone!

Por fin le han podido parar los pies al tío con mayor densidad de dinero por centímetro cúbico de cuerpo. El día de hoy ha tenido una buena noticia, y es que no pueden haber más cambios de reglamentación a tan pocos días para el inicio del Mundial y sin unanimidad de las escuderías; así que el proyecto de "campeón el que gane más carreras" se tendrá que quedar en el cajón hasta la temporada que viene, si es que la fórmula 1 sobrevive a esta.

No me alegro tanto porque haya triunfado la lógica sobre la tontería; si no porque el totalitarismo de Bernie Ecclestone ha tenido que dar un paso atrás. Debe aprender de una forma u otra que el Circo no es de su propiedad absoluta. Hasta un cierto punto, es propiedad de nosotros, los aficionados (de los alonsistas también, muy a mi pesar). Sin nosotros, no hay patrocinios millonarios, ni circuitos en Abu Dhabi (sí, me voy a estar metiendo con este trazado durante toda la temporada), ni fiestecitas en los yates de Montecarlo ni nada de nada.

Esta es un post que viene de un aficionado ferrarista que está cabreado por cómo Ecclestone está manejando la fórmula 1 durante todos estos años como si fuera su espectáculo privado. Casi lo es de facto, por eso tenemos que evitar que lo sea del todo.

Desde las reducciones aerodinámicas, los contínuos cambios del sistema de entrenamientos oficiales del sábado, la congelación del desarrollo de motores, el paso de los V12 a V10 y posteriormente V8, la supremacía del show de los VIP's al show sobre la pista, la retirada de ayudas electrónicas, los circuitos rentables-aunque-vergonzosos; Bernie Ecclestone ha estado manejando los hilos con su hombre de paja Max Mosley (sí, el de la orgía sadomasoquista) como hombre con cargo oficial.

No quiero dejar de ver la fórmula 1, pero llegará un momento; al igual que me ha pasado esta temporada; en el que pierda absolutamente todo el interés y entonces cambiaré el canal. Y ya no habrá un consumidor potencial viendo los carteles de Bridgestone.

Yo no soy nadie, pero no tenses la cuerda, Ecclestone.

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