lunes, 2 de febrero de 2009

Pittsburgh Steelers 27 - 23 Arizona Cardinals

Yo no hablaré de celebraciones patrióticas anti-crisis como hacen en el 20 Minutos; hablan de ello porque no tienen NI PUTA IDEA de fútbol americano y por eso tienen que rellenar sus artículos con algo. No haré hincapié en que el MVP del partido antes de dedicarse a este maravilloso deporte era camello en su barrio de toda la vida como hacen en el diario Sport, me han decepcionado bastante. No hablaré de los anuncios del intermedio básicamente porque en la señal internacional no se pueden ver como harían en Antena 3 (miedo me da ver las noticias de esta tarde). Hablaré de la Super Bowl, la que se jugó en el campo y la que nos interesa a los aficionados de verdad.

No me negaréis que fue un partido bonito, ya sin entrar en quién iba con quién. Personalmente, sufrí como un cabrón en los últimos cuartos ya que estoy a muerte con los Steelers por motivos mencionados en otros posts. Si los Cardinals hubieran ganado (que habrían podido perfectamente) después de un turnover retornado para 100 yardas y touchdown y después de haber ido a remolque durante la primera mitad; ahora estaríamos hablando de un guión para película de Hollywood, próximamente en sus cines.

Los Cardinals llegan a los playoff con un balance de 9-7 y que eliminan contra todo pronóstico a todos sus rivales para llegar hasta la Super Bowl, se enfrentan a uno de los equipos más sólidos, y están a punto de ganarles después de que su propia defensa perdiera los papeles y cometieran varias faltas personales estúpidas que les costaron muchas yardas. A treinta segundos para el final estábamos 20 - 23... Si Santonio "San Antonio" Holmes no hubiera pillado ese balón ya mítico en la endzone; este partido ya lo habría comprado Paramount Pictures para hacer el peliculón del año.

Fue un partido de inercias, "momentums" como lo llamarían por ahí. De repente ya en la segunda mitad, uno de los dos equipos se ponía a jugar bien y otro comenzaba a tener problemas en defensa. Y si no, que se lo pregunten a los Cardinals de la segunda mitad, con un Larry Fidzgerald infalible. Sólo se me ocurría decir "¡Parad a ese tío, por Dios!", mientras veía estupefacto como Troy Polamalu solo placaba al aire durante un drive infernal y aplastante de los Cardinals. Aquí fue cuando la defensa de los Steelers hacía aguas y se veían desbordados, poniendo a los safeties cuarenta yardas atrás en el backfield con la vana intención de parar al desatado ataque de los Cardinals.

Tras el Two-Minute-Warning, vino la posesión de los Steelers. Si fallaban, casi se acabaría el partido. Venían con un safety en contra (que siempre toca la moral) y con una única oportunidad de anotar. Con un field goal nos íbamos a la prórroga, la primera Super Bowl en la historia que se decidiría con una prórroga si es que llegábamos.

Y salió un buen drive, empezando desde bastante atrás del campo. Ben "Big Ben" Roethlisberger jugó como nunca fuera del pocket evitando el posible blitz que estuvieran preparando los de rojo. Entre pañuelos y demás, llegábamos ya a la red zone de los Cardinals. Una temporada en juego.

En la 1st & 10, Holmes cierra los brazos medio segundo después de que el balón pasara entre ellos. Lástima. En la 2nd & 10, se obró el milagro. Hay que ponerle nombre a esta recepción, ya. "The Catch" ya está cogido, pero seguiré pensando. Porque esta captura vale una temporada y vale muchos millones de dólares. Una recepción in extremis, al límite del reglamento, con las dos puntitas de las zapatillas tocando el césped necesario para dar por bueno el touchdown. Entre esas yo ya había bajado del sofá al suelo, estaba viendo el partido a medio metro de la tele sin creerme lo que veía.

Tras el punto extra, cuidado, los Cardinals aún tenían una posesión de casi veinte segundos. Aún podían hacer daño y lo intentaron, pero la defensa de los Steelers tiró de lo que aquí llamaríamos "casta" y evitaron el roto, forzando un fumble y recuperándolo, con lo que ahí acababa la posesión de los Cardinals y extraoficialmente, el partido.

Se me pasó de todo por la cabeza durante estos últimos minutos en los que era imposible predecir el ganador, pero lo que más es "¡Qué bonito es este deporte, coño!". Ya les pueden ir dando por saco a los cazas, a los himnos, a los pilotos heróicos y si me apuras, a Bruce Springsteen; porque los que nos gusta este deporte, hemos vibrado como pocas veces esta madrugada. Y los de Antena 3 y 20 Minutos que sigan hablando de la Crisis y de la Crisis del Real Madrid, ¡ellos se lo pierden!

Y ahora, no queda otra opción que cantar el Pobre de mí como harían en los sanfermines mientras vemos la pachanga de la Pro Bowl y despedirnos hasta septiembre que viene. Sí, habrá formula 1 de por medio, pero está ya tan tocada de muerte que a lo mejor no vale la pena ni intentar reanimarla. A lo mejor cambio de idea cuando los coches estén sobre la pista, pero qué queréis que os diga...

[CANCIÓN DEL DÍA = cualquiera que no sea el himno de los EEUU, que ya tenemos suficiente deporte-política aquí como para comernos el deporte-política de otros, como hacen en los medios mencionados arriba.]

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