viernes, 31 de octubre de 2008

El elefante contra el burro: "The Final Round"


Ya quedan pocos días para las elecciones norteamericanas. ¡Por fin! Llevábamos ya un año de campaña electoral, bastante ajetreada por cierto; ya iba siendo hora de la ídem de la verdad. Por fin, durante la madrugada del día 4 al 5 se despejará la incógnita, mientras yo esté con un Red Bull en el cuerpo haciendo ejercicios de Cálculo II con los que defenderme para el asalto del miércoles. Supongo que las cadenas generalistas harán un seguimiento decente del transcurso de las elecciones, o si no, siempre nos quedará la radio.

Los que me conocen saben cómo me gustan las jornadas electorales. Soy de los que no se desenchufa de la tele desde que se saben los primeros sondeos de las dos de la tarde hasta que ya no queda ningún resultado que analizar, a eso de las 12 de la noche. Me encantan las noches de escrutinios y escaños, de previsiones, análisis y conclusiones; de cómo, aunque sea casi un espejismo, el futuro de un país está escrito en unos papelitos. Sí, soy un frikazo.

Pues eso, las elecciones americanas me servirán para volver a tener una noche electoral; mejor dicho, una madrugada electoral; mientras haga mis ejercicios. Voy a recordar el día que ganó Obama o McCain como aquella madrugada en la que estudiaba para mis exámenes. Qué divertido. Pasemos a la política.

¡Cuánto tiempo ha pasado desde que aquél estado dejado de la mano de Enzo dio el pistoletazo de salida a las primarias de los partidos! Muchas cosas han pasado en esta larguísima campaña electoral: las lágrimas y la caída de Hillary (Rodham) Clinton, la esperanza del siempre alcalde Giuliani, el pastor evangélico-anglicano-apostólico-cristiano raro aquél con el que Obama tenía amistades peligrosas, el estancamiento de McCain, la sorpresa de Sarah Palin, el auge y caída de Sarah Palin, los congresos de Denver (en el INVESCO Field) y de Minneapolis, los debates por la madrugada, el famoso Joe el Fontanero y por último, el cachondeo en que todo se ha convertido.

Se respira el ambiente de las grandes ocasiones. Ya dije en la última entrada de la que hablé de este tema que los EEUU (y en consecuencia, el mundo occidental) están en un cruce de carreteras en forma de T. A PRIORI Y SIEMPRE A PRIORI, un lado conduce a la continuidad, a la desídia, a los dinosaurios, al laissez faire económico, a un gobierno controlado por empresas, a la ineptitud y la estupidez. El otro lado A PRIORI conduce a la esperanza, al cambio, a las nuevas ideas, a la apertura de ventanas, a salir del aislamiento político, a un gobierno controlado por empresas (no, no me equivoco), al parar las guerras preventivas y los ejes del mal, a una mejor distribución de la riqueza, a un freno en seco al sonrojante y avergonzante gasto militar... Como siempre, estas afirmaciones son el papel ya que en política el bueno de la película, sencillamente no existe.

Siempre digo que no es que Barack Obama sea la hostia ni sea el mejor político de la faz de la tierra. Pero de entre los dos candidatos que tienen opciones de ocupar el Despacho Oval, hay que votar al menos malo al ser un sistema bipartidista. Por tanto, Obama for President.

¿El resultado? Lo escucharé entre parametrizaciones y derivadas parciales.

[CANCIÓN DEL DÍA = "9 a.m." de Savia, incluída en el álbum "Insensible".]

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