lunes, 30 de junio de 2008

Fin de Fiesta, vuelta a la normalidad


El día 26 del mes pasado, creía que estaría contento cuando la Fiesta Mayor terminara de una vez por todas, pero hoy que es ya día 1, con el Piromusical habiendo finalizado; no lo estoy demasiado.

Digamos que estos festejos han estado trufados de sorpresas una detrás de otra, de planes improvisados sobre la marcha y recuerdos, muchos recuerdos. No sé si es nostalgia o ver que "el tiempo pasa", pero no cabe duda que esta ha sido la Fiesta Mayor de los recuerdos, de los viejos tiempos (aunque no creo que mejores), de épocas que creía pasadas, de encuentros con el Lado Oscuro de la Fuerza. Me da la sensación de haber estado viviendo dos o tres años atrás y esto me ha dejado un sabor de boca raro. No malo, para nada, pero sí raro.

Digamos que estas noches el ordenador no ha trabajado demasiado porque decidí no darle trabajo, y creo que hice muy bien. Después de exámenes, mi cuerpo me pedía una reinserción en la sociedad, y creo que he vuelto a la sociedad no por la puerta grande pero sí por una de dimensiones suficientes como para poder pasar.

El primer día, Gabino Diego estuvo muy bien, no sabía qué esperarme porque no sabía lo que me iba a encontrar en su espectáculo, pero sí que me divertí mucho. Más tarde, entré en el decadente Escardívol y los peligrosos bucles que te intentan mantenerte próximo a él. Quienes me acompañaban, en su mayoría no abusaron del alcohol y se lo agradezco muchísimo.

El segundo día, tras cenar poca cosa a precio de mucha cosa, me metí entero el concierto de Melendi de pie. Se me hace insoportable, pero tengo que reconocerle que se entregó en el escenario. Como siempre, hizo apología del consumo de drogas, pero no se le puede reprochar que hiciera un mal show. Más tarde, en la feria, el "Martillo" se encargó de dejarme más bien frío.

El tercer día, al tiempo que sorteábamos energúmenos bandera rojigualda en mano, la feria se encargó de dejar mi flanco izquierdo destrozado. Llegamos tarde, al Escardívol, lo suficiente para ver los bises de Conchita (me dejó mucho más fío que el Martillo) y me fui sin esperar a los Gossos. Lo más espectacular, la explosión de patriotismo exacerbado después de que España derrotara a Alemania en la final de la Eurocopa. Como dije en ese rato, "cuando España se merezca que grite que viva España, entonces lo gritaré". De momento, me mantengo callado mientras los vándalos agitan banderas constitucionales, pre-constitucionales, pre-pre-constitucionales y aconstitucionales.

El cuarto día, me convencí del todo de que el Ayuntamiento ha tirado la casa por la ventana para organizar la Fiesta Mayor de 2008, es de los pocos años que los fuegos artificiales me han convencido totalmente.

Como veis, poca cosa, pero muy significativa para mí. Uno de los retos era socializarse y creo que lo he conseguido. El otro reto era estar sobrio (¡las tres noches principales!) y lo he conseguido de largo.

Gracias a todos, por todo.

[CANCIÓN DEL DÍA = "Grande" de Stravaganzza, incluída en el álbum "Tercer acto: Réquiem".]

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