Hoy, día 31 de Agosto; acaba psicológicamente el verano y ese pensamiento siempre trae contradicciones y sentimientos agridulces.
Para empezar, me pregunto cómo bautizar este verano. Durante los últimos años, cada verano ha tenido su nombre, ya sea el "Verano Neoyorkino", el "Verano Perdido", el "Verano de mi Vida"... pero a éste ahora tengo que empezar a buscarle un apellido.
Se me ha hecho corto, jodidamente corto. Como los más yonkis sabéis, no empecé psicológicamente las vacaciones hasta medio julio, que fue cuando se decidió que estaba fuera de la ETSEIAT. Durante la primera mitad, estuve pendiente de todo lo que sucedía acerca del asunto de mi expulsión de modo que no disfruté demasiado de esos días; sólo cuando no pensaba en el asunto.
Llegó la segunda mitad de julio y llegaron los trámites para entrar a la EUETIT este curso que viene además de la entrada en la autoescuela. Fueron días de burocracia y papeleo; algo que sabéis que me encanta... Simplemente, sustituí los estudios universitarios por los estudios para el carnet de conducir, será por estudiar.
Los 11 días de agosto previos al viaje a Londres fueron absolutamente interminables, lentos y llenos de interrogantes con ratos libres para póker y cine. Del día 11 al 15 estuve de reset por Londres. Ya sabéis como fue...
Creo que llegué renovado por dentro, y el resto de días de agosto se han pasado volando entre póker, pretemporadas de liga española y NFL y poca cosa más. El otro día flipé cuando me enteré que estábamos a día 24 de Agosto; tuve que ir a mirar el calendario porque no me lo podía creer.
Sí, yo también creo que excepto Londres, ha sido una mierda de verano. Pero tendríais que haberlo vivido...
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