Un día o dos antes de salir de viaje, entre lío de maletas, preparativos y demás; suele instalárseme en el estómago una sensación rara; parecida a la de cuando subes por la pendiente de una montaña rusa y miras el paisaje y piensas: "¡Enzo, qué alto está esto!"
Lo que otras veces me aparece un día o dos (tres como mucho) antes de la salida, este año me ha aparecido varias semanas antes, lo que es signo inequívoco que las vacaciones de este año serán muy especiales. Aún quedan días por delante y pagaría dinero por suprimir alguno de estos días y salir antes. Tengo Mi Bolsa, de la que hablé el otro día, ya casi preparada, la maleta todavía no. Hace ya varios días que tengo mi cabeza al otro lado del Atlántico (metafóricamente) porque aquí las cosas tampoco están para quedarse mucho rato.
En casa he tenido la suerte de que mi familia habitualmente no sale NUNCA con el solo propósito de ahorrar y hacer viajes decentes. He tenido la inmensa suerte de que me hayan enseñado otras regiones y culturas (sólo hace falta ir hasta Andalucía y preguntarse si realmente Catalunya y Andalucía están en el mismo país). Durante estos años, han alimentado un monstruo a base de Andalucía, Bretaña francesa y otros lugares inolvidables; y ahora este monstruo tiene hambre; ganas de comerse Manhattan, Nueva York y que no me dejen solo porque me comería los EEUU enteros.
Pues eso, quiero irme ya.
[CANCIÓN DEL DÍA = "Taramundi 130" de Hevia, incluída en el álbum "Étnico Ma Non Troppo".]
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