Llevaba preparando esta entrada hace mucho tiempo, en concreto, desde que se rumoreaba que Fernando Alonso podría, algún día, recalar en la Scudería Ferrari. Estoy hablando de hace muchos años y todos éramos jóvenes e inexpertos, todavía apasionados por la fórmula 1.
Estos días, estoy apático por la fórmula 1 y creo que tanto mi expulsión de Industriales como el pobre papel de Ferrari este año están haciendo que cada carrera tenga menos interés para mí. Pero que esté más interesado por la NFL que por la fórmula 1 no significa que no siga pensando en ella y me lleve a terminar esta entrada, que repito, llevo preparando desde hace mucho tiempo.
Durante esta semana se ha firmado con tinta lo que yo llamo el Cisma de Maranello. Tal como Occidente y Oriente tuvieron sus propios cismas durante la alta Edad Media, Ferrari lo tendrá en el año 2010. Es una profecía.
Los asiduos de este blog, así como los que me conocen, saben que no me gusta el alonsismo en todas sus formas. No me gustan los alonsistas que antes de la fórmula 1 no sabían ni lo que era un monoplaza y ahora se atreven a discutir las decisiones de los comisarios de pista como aquél que tiene razón. No me gusta que vayan al circuito a dormir y/o a emborracharse (como yo mismo pude presenciar la vez que fui a Montmeló). No me gusta que gracias a ellos este deporte se haya convertido en uno de masas en España. No me gusta que compren carísimo merchandising sin ton ni son. No me gustan muchas cosas.
Pues bien, "esta gente" (sin ofender) se apalancarán en nuestra casa metafórica, en nuestro motorhome metafórico si lo preferís. Se sacarán unas birras de la nevera sin pedirlas y se apalancarán en el sofá con los pies de la mesa y verán el principio de las carreras como posesos y a la vuelta 5 se liarán a dormir. Como oses criticar a Alonso, ahora que está en Ferrari, intentarán silenciarte, como si fueras un ferrarista a la antigua usanza cualquiera.
He de confesar que tengo miedo. A pesar de las diferencias internas en el seno del ferrarismo, casi siempre por asuntos relacionados con los pilotos; siempre habíamos estado bastante "unidos" si puedo usar esta palabra. Pero ahora no. Pronostico los tres grandes grupos de ferraristas tras el Cisma:
1) Ferraristas "de escudería": supongo que me englobo en este grupo, creen que el piloto, al fin y al cabo, acabará retirándose y no correrá eternamente; con lo cual, a menos de que llegue al nivel de Schumacher (que lo dudo mucho) el piloto no es relevante. Digamos que para ellos, lo importante es Ferrari pilote quien pilote; igual que ahora recordamos con cariño a Rubens Barrichello.
2) Ferraristas "antialonsistas": este es uno de lso grupos más numerosos y en el que me incluía yo cuando la pelea estaba Ferrari-Renault y Alonso se descolgaba de vez en cuanto con declaraciones de dudoso gusto sobre la Scuderia. Para los antialonsistas, no habrá más cojones que dejar Ferrari espiritualmente y exiliarse temporalmente en escuderías emergentes, ya sean Campos Racing o Toro Rosso (con Jaume Alguersuari como cabeza visible). Serán años duros para los antialonsistas, es como si Raúl fichara por el Barça...
3) Ferraristas "arrastrados": será el grupo más numeroso y el que más temo. Son los antes llamados "alonsistas" que han seguido al asturiano allá donde ha ido ya sea con sidra o con mentiras mediáticas de por medio. Sin ellos saberlo, modificarán la imagen social de la Scuderia así como sus tradiciones y sus creencias. Antes, yo tenía el sueño húmedo de levantarme un día por la mañana y cruzarme por la calle con gente con gorras de Ferrari. Ahora lo veré, pero quizá a un precio demasiado alto. En catalán tenemos un dicho muy popular. "Hostes vingueren, que de casa ens tragueren". Lo dejo aquí.
Sin más, lo dejo aquí. Aún tengo muchas hipótesis por la cabeza que iré fraguando ahora que, de una vez por todas, ya podemos hablar del Cisma de Maranello.
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