Hace un año aproximadamente, los aficionados a la fórmula 1 (o los que lo éramos por la época) esperábamos con ansia la nueva temporada. Llenos de incertidumbre, nos asomamos al circuito de Bahréin sin saber bien que nos encontraríamos y seis carreras más tarde, vimos que el campeonato había terminado gracias a los dobles difusores de Brawn GP. Punto final.
Esta temporada, los cambios serán radicales (y que como este ya no es un blog en el que se trate la F1 de forma oficial, no hablaré demasiado de ellos) y por tanto, sigue habiendo más incertidumbre. Unos dicen que será el campeonato más apasionante de los últimos años, con cuatro campeones del mundo sobre la pista y un montón de escuderías nuevas. Otros, los que más, creen que todo acabará reduciéndose a un Ferrari vs. McLaren y posiblemente vs. Mercedes que recordará viejos tiempos.
En un plano más personal; sigo buscando mi identidad este año. El año pasado me descolgué mucho porque se juntaron el hambre con las ganas de comer. Entre que Ferrari estuvo desaparecida en combate durante toda la temporada, me echaron de Ingeniería Industrial y el campeonato tenía menos emoción que el de petanca del parque; llegué a hacer lo que yo mismo considero aborrecible, dormirse durante una carrera.
Hace algunos meses hablé del Cisma de Maranello y otros muchos meses atrás predije lo que iba a ocurrir con el Cisma de Maranello. A escasas horas para que los monoplazas comiencen a rodar en serio sobre la pista, todavía estoy buscando a qué o quién apoyar este año. Como ferrarista que otrora fue antialonsista; no puedo permitirme seguir con mis colores, pero por otro lado, ver a Schumacher conduciendo otro coche que no sea rojo me da un nosequé siniestro.
Mucha gente me ha preguntado qué voy a hacer este año y todavía no lo sé. La temporada se me ha tirado encima mientras estaba distraído, cosas de estar más pendiente de la postemporada de la NFL que de la pretemporada de fórmula 1. He ido dejando la crisis de identidad para luego, para luego... y me ha pillado el toro.
Sea como fuere, volvemos a la comida china, a los previos, a las discusiones amistosas con la familia, ¿a levantarnos a las cuatro de la madrugada?... Creo que ya no merezco llamarme aficionado a la fórmula 1.
Me he convertido en el tipo de persona que odio.
2 comentarios:
En respuesta a tus anteriores posts, a mi el coche me da mucho miedo y yo tampoco he visto nevar en mi pueblo desde los cinco. De formula uno solo puedo decir que me cabrea mucho que un tipo que se pasea sonriente con Camps y Rita Barbera y esta empadronado si no me quivoco en Suiza para evadir a Hacienda gane 250 millones de euros en publicidad.
... y esa es otra, Ander. Hablé de la política relacionada en torno al GP de Europa en su debido momento, y me indigné. todavía me indigné más cuando salió a la luz que "los parlamentarios valencianos declaraban su patrimonio" porque Francisco Camps se burló de los valencianos en su cara diciendo que conducía un coche del año de la patata y tenía 900 euros en el banco.
Ya no se trata de la inoperancia política (de la cual voy a hablar próximamente) si no de que además, Camps, Barberá y toda la cuadrilla, no solo del PP; tienen la poca vergüenza de reírse en la cara de los contribuyentes. Y eso me pone enfermo.
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