domingo, 10 de octubre de 2010

Las Nubes Viajan en Diagonal

En la zona alta de Barcelona, todo es distinto a lo que suelo ver. A lo lejos, veo el nombre en neón de un hotel que dio nombre a un rey. Muy cerca, una boca de Metro todavía con las rejas echadas. Miro el móvil e intento mentalizarme que todavía queda un rato largo hasta que abran.



Me siento en el duro banco de madera y durante un rato, miro el escaso tráfico reinante a esas horas de la madrugada, mis dos acompañantes hacen lo mismo. No entraré en detalles, pero digamos que ese no fue el momento más animado de nuestras vidas. Intentamos iniciar una conversación que fracasa estrepitosamente. Supongo que no es el momento. Sigo sin poder quitarme la canción Fireflies de Owl City de la cabeza, una de las canciones más pegadizas que nunca he escuchado.

Me acomodo en el banco y me abrocho la chaqueta; la que reservo para las grandes ocasiones que luego no son. Quizá si me hubiera puesto la americana habrían salido mejor las cosas, pero no soy supersticioso. Por una vez, no tengo la culpa de estar donde estamos. Me extraño y por primera vez, veo las cosas desde otro prisma. Es casi divertido. Normalmente soy yo el que jode las cosas.

Bostezo. Luego bostezan mis compañeros. Y es posible que ahora hayas bostezado tú.

Pienso en los que se acaban de ir por un motivo u otro y deseo con todas mis fuerzas que estén aquí. Fracaso. Miro a mis compañeros y veo que no tienen la misma pinta que yo, es esa que dice "Salir de casa hecha una Barbie y volver hecha una barbarie". Empiezas la noche con la corbata perfectamente anudada y una camisa blanco nuclear y terminas con la corbata en el bolsillo, la camisa con un par de camachos y los zapatos pringosos de una mezcla entre alcohol y roña del suelo.

Luego me acomodo todavía más y apoyo el culo en el borde del banco, con la intención de que la cabeza me toque en el respaldo del banco y quede mirando al cielo. Las luces de Barcelona se reflejan en las nubes y les dan un fulgor amarillento. Entonces me fijo que viajan en Diagonal, siguiendo la Avenida, como si quisieran huír de la parte alta por la B-23 sin pasar de los 80 km/h permitidos, como si quisieran adentrarse en la periferia y dejar la metrópoli lo antes posible.

La madrugada del sábado quise ser nube por un rato. Qué cosas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Atesora los recuerdos de estas noches, al final es lo que recordaras y es lo que hace de pegamento social con tus colegas...

Aparte de eso, me parece una noche de "exito" rotundo....

Daniel Alarcón dijo...

Pues espero que este sea pegamento de buena calidad...