Ante todo, no sé si disculparme. Hace ya días que vuelvo a tener router y lo he configurado para que funcione con el ordenador "grande" y el "pequeño. El problema es que no sé de qué hablar, estoy bastante absorbido estos días.
Entre los asuntos de la uni, los asuntos de SimCity y el ejercicio, digamos que de lo último que tengo ganas es de liarme a escribir; pero creo que hoy tengo que hacerlo. Voy a hablar del deporte.
Creo que cuanto más deporte (por llamarlo de alguna manera) hago, más admiro a los deportistas. Esta misma tarde he ido a correr con unos amigos por esos antiguos polígonos industriales ahora llamados parques de negocios, y no sé ni cómo he aguantado los 4,81 kilómetros (medidos con Google Earth) que hemos corrido. Ya sabéis, hay que rebajar esta barriguita.
Cuando empiezo a estar fatigado, pienso que por qué estoy maltratando a mi cuerpo de esa forma. Quiero decir, va en contra de mis principios absolutamente hedonistas. Perder un kilo no va a hacer que ligue más, ni siquiera que ligue algo. A medio camino, me he preguntado de dónde cojones voy a sacar fuerzas para volver y que estoy muy lejos de mi casa. Al volver a la civilización, he recordado aquellos Cros escolares a los que me apuntaba voluntariamente (!) para subir nota y así aprobar raspadito la asignatura de Educación Física.
Voy a hacer un inciso. Supongo que todos tenemos unas referencias mentales para calcular distancias. Por ejemplo, para mí, una yarda es "un casi-metro" dos metros son un Mortadelo, cinco kilómetros es la distancia que separa los pueblos de Triana y Benamargosa en la provincia de Málaga (conozco bien la carretera, véanse posts muy anteriores) y ocho kilómetros lo que separa Benamargosa con el cruce con la carretera general. Así, a bote pronto.
Pues eso, si para mí, haber recorrido la distancia entre Triana y Benamargosa me ha costado sangre, sudor, lágrimas y mis habituales otros fluidos corporales; ¿qué no les debe costar a los deportistas profesionales superarse a sí mismos? Vale, a lo mejor, con el entreno ya no lo notan, pero lo notan por el otro lado intentando rebajarse una décima a sí mismos, o intentando saltar un centímetro más o menos.
Nunca entenderé la razón por la que alguien quiere hacerse deportista profesional (o semi-profesional, o incluso amateur) pero que sepa que lo admiraré.
2 comentarios:
¡Animo! Ese tipo de masoquismo es muy saludable.
Supongo que uno hace deporte para sentirse bien, para desconectar del mundo y dedicarse a un mismo, y para superarse a uno mismo y tratar de mejorar, o al menos es lo que hago yo....
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