domingo, 17 de abril de 2011

... y el cántaro se rompió

Hoy me gustaría ponerme serio y reflexivo, pero es Semana Santa y mis neuronas están demasiado fritas como para hacerlo. Para algunas cosas, mi punto de vista es el correcto y no hay más que hablar. Tú no tienes razón, yo sí la tengo.

Quiero hablar de Spotify.



Hace un tiempo, una persona me dijo: "Oye, sabes que hay un programa en Internet en el que puedes escuchar toda la música que quieras, de cualquier (luego se vio que no) artista de gratis, sólo a cambio de oír y a veces ver unos anuncios?"
Yo contesté: "Fua, de puta madre, si me mandas la invitación perderé el culo para descargármelo". Efectivamente, la persona me envió la invitación y me lo descargué. A partir de entonces, si trazáramos una gráfica de mi uso del Ares (sí, lo admito), veríamos que cayó a mínimos históricos, pues sólo me tenía que bajar las canciones que VERDADERAMENTE quería tener.

Este programa, hizo que en vez de gastarme unos 170 Euros en toda la discografía de Moby, pudiera escucharla a cambio de lo mismo que hago cuando veo la tele. Los anunciantes todavía se creen que veo anuncios, lo único que hago es coger un libro (o cualquier otra cosa) y volver a sintonizar cuando la programación empieza. Al principio, bajaba la voz de los anuncios, luego ya me dio igual.

Un tiempo más tarde, los señores de Spotify pensaban que ya no hacía falta ser elististas, y decidieron abrirlo para todo el mundo. Mi cuenta la convirtieron en Spotify Free y los nuevos usuarios, sin invitación, tendrían Spotify Open; que está limitado a 20 horas de audición al mes. Si me preguntas a mí, estas cifras pueden estar "bien" en un mes normalito, pero en época de exámenes, las 20 horas de las pules en 4 días (5 horas al día mientras estudias). A los del Free, el servicio siguió siendo como siempre había sido, con lo cual no me rasgué las vestiduras.

Llegó el año 2011 y los señores de Spotify vieron que en vez de ordeñar a la vaca a la vieja usanza, podían prensarle las ubres y así la leche saldría mucho más rápido y sin tantas chorradas. Y efectivamente, es lo que se disponen a hacer desde este mes de Mayo. Me salto la palabrería para copypastear lo importante:


Here’s how the changes will work:
* New Spotify users will be able to enjoy our unrivalled free service as it is today for the first 6 months.
* As of May 1st, any user who signed up to the free service on or before November 1st 2010 will be able to play each track for free up to a total of 5 times. Users who signed up after the beginning of November will see these changes applied 6 months after the time they set up their Spotify account.
* Additionally, total listening time for free users will be limited to 10 hours per month after the first 6 months. That’s equivalent to around 200 tracks or 20 albums.

Así es como los cambios irán:
* Los nuevos usuarios de Spotify serán capaces de disfrutar nuestro servicio gratis sin igual como lo es hoy durante los 6 primeros meses.
* Para el 1 de Mayo, cualquier usuario que se haya suscrito al servicio gratis en o antes del 1 de Noviembre de 2010 será capaz de reproducir cada pista hasta un total de 5 veces. Los usuarios quienes se hayan suscrito después del inicio de Noviembre, verán estos cambios aplicados a los 6 meses después de que se hayan hecho su cuenta de Spotify.
* Adicionalmente, el tiempo total de reproducción para los usuarios gratis estará limitado a 10 horas al mes después de los 6 primeros meses. Eso es equivalente a 200 pistas ó 20 álbumes.


¿En serio nos creéis tan gilipollas? ¿10 horas al mes? ¡Eso lo consumo yo en dos días en época de exámenes!

Ya sé lo que estáis pensando: "Hazte premium". No me sale de las pelotas hacerme premium porque sé que lo que voy a escuchar vale exactamente lo que vale un solo anuncio y porque si, por cualquier motivo, no "amortizo" el dinero que me han cobrado, no me estará saliendo bien de precio a mí, que sería el cliente. Así es como las radiofórmulas han funcionado toda la vida y no veo que les vaya mal del todo...

Veamos... cuando Spotify empezó, también había cuentas gratis. ¡Y habían muchos menos usuarios que ahora! En cambio, ahora, cuando más usuarios hay es cuando menos rentable es el negocio? Llámame raro, pero aquí hay algo que no me cuadra, en el 99.99% del resto de negocios del planeta esto funciona al revés.

También sé lo que me diréis ahora: "Las cuentas gratis no salen a cuenta a los artistas." Ajá. Ahí es donde está la madre del cordero. Spotify empezó siendo una alternativa legal a un mundo en plena transformación como es el de la música (y más bien, el de las discográficas); pero ahora Spotify no será si no otro aliado de los grandes sellos que se resisten a cambiar su modelo de negocio, y de las estrellas que NECESITAN vivir en Miami en las grandes mansiones de Cayo Vizcaíno para salir de gira una vez al año.

Esperad, que en un alarde de videncia también sé lo que me diréis ahora: "Es que si no, no podrán crear nueva música para ti." Cuando la música se vendía en casettes y era necesario salir de conciertos para ganarse el jornal, bien que lo hacían.

Spotify... fue bonito mientras duró. Una vez haya agotado mi ciclo de 5 canciones con mis canciones favoritas (soy muy de escuchar las mismas canciones todo el rato) será la hora de girar la vista hacia otra alternativa. Quizá con la próxima tengamos más suerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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