lunes, 13 de diciembre de 2010

Verano del 88

Conduzco por una carretera llena de baches, y paso al lado de un cartel que me es familiar.


Llego con un coche casi futurista a la Cripta Güell de Santa Coloma de Cervelló; más de un transeúnte se me lo ha quedado mirando de camino. Lo he aparcado en un terraplén donde hay muchos otros coches bastante mal aparcados, apenas reconozco ninguno. Por suerte, el mío está tras un matorral y no queda muy a la vista.

Voy vestido con mis mejores galas, todo de negro excepto mi corbata, que es de color blanco perla. No está muy de moda estos tiempos, la verdad. Intento no pisar el fango del terraplén y ponerme los zapatos perdidos.

En la escalera que conduce a la cripta ya se aglutinan los primeros invitados. Reconozco a muchos de ellos aunque ninguno parece reconocerme a mí. Alguno me mira raro; supongo que unos piensan que vengo del lado de la novia y otros del lado del novio. Intento en medida de lo posible que el tipo de la cámara no me grabe.

Discretamente, miro la hora en el móvil; teóricamente los novios estarán al caer. Efectivamente, unos pocos e incómodos minutos después; llega el novio como en toda boda que se precie. Sale de un cascajo de coche acompañado por su hermana mayor. Treinta y pocos, flacucho, más bajito que yo y con un bigote que le echa encima diez años más. Se me queda mirando pero no tiene tiempo de pensar demasiado. Saluda aquí y allí, como un flan; mientras me mezclo con la multitud y tiro para adentro con el resto de invitados. En total somos unos veintitantos, de modo que no hay muchos sitios en donde esconderse.

Los invitados van tomando asiento en la Cripta Güell; yo me siento en uno de los bancos del fondo, donde da poco la luz. Si uno no se fija, parece que no estoy. El novio se va poniendo nervioso por momentos y se pisa sin querer el bajo del pantalón. Los menos religiosos hablan a voces cargándose la paz que da este lugar.

Tras un rato largo, una grabación entona la archifamosa Marcha Nupcial. La novia de veintimuchos, de blanco radiante; entra acompañada por su hermano, que lleva una horrible (y fuera de lugar) pajarita roja. Me fijo en que las gafas ligeramente oscuras se llevaban mucho en la época, si pones a todos los hombres juntos parece una reunión del Partido Comunista...Ambos han venido en un Seat Fura rojo hecho polvo, engalanado con cintas rosas. No lo he visto, pero lo sé.

La ceremonia, os la podéis imaginar; el típico tostón. Ver a los novios y testigos de espaldas tampoco ayuda mucho, la verdad. Si os fijáis, en los vídeos de las bodas de los demás; muchas veces se pasa rápido la parte de la ceremonia. Por algo será.

Afuera, espero con los demás a que los novios salgan. Un hombre de avanzada edad me pregunta si soy de la familia y le respondo que no, soy un amigo del novio. Se me hace raro verlo andar tan rápido y sin bastón... Durante ese rato, en el que puedo ver a todo el mundo más de cerca, constato que esta época fue un atentado contra la moda.

A todo esto, una mujer que habla con acento francés me da un puñado de arroz, estaba bastante acelerada y casi atropella a su hijo pequeño. Teóricamente, me tengo que parecer a él. El hombre de la cámara sigue barriendo sin encontrar mi cara.

La lluvia de arroz sobre los novios es bestial, se ve que lo de tirar el arroz a mala hostia no se inventó en el siglo XXI. "Viva los novios" y toda la pesca... Ahora toca hacerse un montón de fotos, me servirá para retirarme discretamente e ir tirando para el restaurante donde se celebra el convite.

La masía donde se celebra el convite está ridículamente cerca de la Cripta Güell y me había estudiado el camino previamente. Después de las fotos, el resto de invitados no tardarían en llegar. Mientras voy al restaurante, pongo la radio del coche; analizaban las consecuencias del alto el fuego entre Irán e Irak y el subsiguiente final de la guerra entre los dos países.

Llego al restaurante muchísimo antes que los demás invitados, los empleados todavía trajinaban las últimas cajas de agua y vino. Aparqué al final de aparcamiento, entre las sombras. Me senté en un tocón con miedo de desgarrarme los pantalones; a la espera de que llegaran los demás. Obviamente, mi móvil estaba sin cobertura.

Unos pitidos se escucharon a lo lejos, los invitados ya llegaban a trompicones al restaurante. El primer coche era el Seat Fura engalanado, llevando en el asiento de atrás a los recién casados. Era el momento, ahora o nunca.

Una vez el hombre del pelo afro aparcó, me acerqué al novio.

-Enhorabuena, Pepe... -lo saludé. Él me contestó por inercia y le ofrecí la mano para encajarla. Me la dio con buena firmeza.- ¿Vienes un momento conmigo?
-¿Quién eres?
-Ahora te lo explico...

Pidió a "su mujer" un momento para irse conmigo al otro lado del restaurante.

-¿No vas vestido un poco raro? -me preguntó él.
-Demasiado oscuro, ¿no?
-Sí... Bueno, ¿qué quieres de mí?

Me quedé un poco pillado. Ahora no sabía qué decir.

-Mira... Sé que va a ser un poco complicado de explicar, pero estoy aquí para decirte que no te preocupes. -mi estatura respecto a él me daba hasta un aire misterioso- Tu hijo, un niño, va a nacer bastante sano aunque no os va a dejar dormir en condiciones hasta dentro de un año y pico...

Me miró perplejo.

-Encontrarás en un par de años un trabajo estable, con el que mantener a tu familia, se acabó eso de estar medio año en un sitio, medio año en otro... Cuando tu hijo crezca un poco más os mudaréis a un piso al que podréis llamar definitivamente hogar.
-Q... ¿quién... eres?
-No te asustes. Soy tu hijo, el que ahora mismo está dentro de tu esposa, y vengo del año 2010. Sólo he venido para decirte que no te preocupes y que todo va a salir muy bien. No te preocupes.

Entonces, mi padre me abrazó y se me hizo muy raro; era como abrazar a un amigo o a un primo.

-¿Debo saber algo más? -preguntó él.
-Bueno... En 2010 no estarás calvo, que ya es mucho. Y preferiría no desvelarte nada más, prefiero que te sorprendas.
-Pues... gracias, supongo.
-De nada. Disfruta... Y otra cosa, cámbiate de corbata ya mismo porque no quiero que esta tan chula sea cortada a cachitos y subastada. Que vaya bien...

Busqué a la novia, aunque ya había entrado con todos los demás al restaurante. Supuse que ya era hora de retirarse, así que me encaminé al coche. Como un Marty McFly con traje, era hora de regresar al futuro.

4 comentarios:

Ander dijo...

Muy bueno, aunque he de confesar que me olía la tostada desde mediados del texto.
Por cierto, ya oí tu entrevista en Radio Rubí (a pesar de ser en catalán, me entere de casi todo). Me sorprendió que alguien me mencionase en la radio, es una sensación rarísima.
P.D. Ya que eres el único catalán con el que estoy en contacto y sé que te gusta el futbol, te tengo que decir que esta muy feo eso de ensañarse con el débil. Que a mí no me importa, pero aquí a la gente le duelen mucho estas cosas después de dos temporadas en segunda.

Daniel Alarcón dijo...

Bueno, supongo que tenía ganas de hacer algo un poquito diferente...

Lo de la radio, supongo que es de justicia mencionar a los que lo se merecen, como ya hice con los demás que fueron apareciendo...

Y por lo de la Real... espero que no se lo hayan tomado muy en serio. Ahora mismo, el Barça es una apisonadora pero sólo cuando se dan una serie de condiciones y la Real Sociedad las cumplió todas. Jugaron abiertos, a un ritmo más bien lento, salieron más bien poco motivados (me lo parece), no fueron a dar patadas, no plantaron el autobús en la portería y les cayeron cinco.

Ander dijo...

Bueno, el aspecto futbolístico no lo puedo evaluar (eso es mas cosa de mi padre y mis amigos), pero me gustaría preguntarte por esos posts que consiguieron que te respondiese una política que mencionaste en la radio ¿Cuales son?
Si es posible, la respuesta me gustaría en forma de http//: y tal.

Daniel Alarcón dijo...

De hecho, comentaste en ese mismo post, no queda muy lejos...
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=751798465689018203&postID=5749125932498465187

Marta Ribas es concejal(a) por IC-V en Rubí y, si no me falla la memoria, ahora es "jefaza suprema" del partido en el municipio