lunes, 12 de julio de 2010

Saltando al Vacío

Están siendo unas semanas extrañas.

Mientras intento superar los efectos de la resaca menorquina con mi trabajo en el Rollo Patatero, sigo viendo cómo mi entorno se cae a trozos a mi alrededor. Lo peor de cuando tu entorno se cae a pedazos, es que uno de los pedazos te caiga en el pie y te haga pupa. Me explico.

Durante esta mañana, entre rollo y rollo, he estado excavando en el futuro de mis amigos, y creo que todos excepto yo, están ante un vacío al que van a tener que saltar de un momento a otro.

Uno de ellos ha dejado su relación sentimental con una de mis amigas tras más de cinco años. Está claro que ambos están jodidos. Él tendrá que afrontar el nuevo cuatrimestre sólo con sus compañeros por primera vez, y ella tiene que ir a Sudamérica durante seis meses a completar sus prácticas universitarias. Él tenía que haber venido al viaje y no vino, ella sí. Dos cambios radicales.

Otro amigo del mismo grupo, ha cesado su relación de más o menos medio año con una compañeras suya. Afrontará el segundo ciclo de una ingeniería superior y ahora mismo está ingresado en un hospital aquejado de asuntos estomacales. Mañana iremos a verlo.

Y el último del grupo, iniciará por primera vez su experiencia universitaria (a distancia, eso sí) tras haberse pasado nosecuantos años haciendo ciclos formativos y trabajando. Le deseo toda la suerte del mundo, pero el cambio será también bastante fuerte.

¿Y yo? Normalmente soy yo quién salta al vacío durante agosto-septiembre. Llevaba una racha bastatne lamentable estos años (mi cambio de carrera, mi viaje a Nueva York, mi única relación sentimental...), pero esta es de las pocas veces en que tengo un camino llano ante mí. Seguir en la uni, pim, pam.

Todas estas situaciones arriba descritas están transformando y transformarán mi grupo de amigos tal y como lo conozco hasta ahora, y sinceramente, estoy acojonado. Cuando tienes tan pocos amigos, estas cosas acojonan.

1 comentario:

Ander dijo...

¡Joder que si acojonan!
Y lo hacen aun mas si puedes contar a tus amigos con los dedos de una mano y apenas tienes 17 años.