El resto, es Historia

Intentando no sobre pasar el límite de los 100 km/h conduzco mi Seat Toledo, como cada mañana, a la Facultat de Filosofia i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona. Mis gafas de sol me protegen del Astro Rey, que hace ya rato que ya proyecta sus rayos sobre el asfalto de la B-30.



El gris hormigón del que se compone la mayoría de facultades de la UAB me espera al otro lado de la autopista, sólo tengo que cruzarla por un puente; pasar cuatro rotondas y buscar un lugar en el enorme aparcamiento donde dejar el coche. Pongo el parasol reflectante porque dentro de varias horas se habrá convertido en un horno.

Cogo la bolsa de bandolera que está sobre el asiento del acompañante y me encamino a la cafetería más próxima a la zona por donde me suelo mover y donde seguramente, ya estarán esperando los compañeros. Bah, a quién quiero engañar, estarán esperando las compañeras.

La carrera de Historia (Grado en Historia según el Plan Bolonia) no puede compararse en lo que a la ratio chicos/chicas de carreras como Educación Social o cualquier Filología, pero nadie lo diría... Mi amigo que hace ingeniería de nosequé en la UPC siempre se está quejando con que ir a clase es una experiencia más deprimente si cabe.

No hay mañana sin café en esta cafetería y me siento en la mesa con el resto del grupito, tres chicas y dos chicos contándome a mí. Café con leche, un azucarillo.

-Adivinad quién se ha metido esta noche una de ContEspañola (*)...
-Qué pasa, ¿que vas muy descolgado? -pregunta una de ellas.
-Nah, no mucho, he ido a todas las clases y eso; pero las Guerras Carlistas me están porculizando pero bien... No sé qué ha pasado estos días que ha sido como si no hubiera ido a clase...
-A todo esto, hoy es el día en que el de Métodos (**) no venía, ¿no? -otra de ellas.
-Realmente me hará un favor si eso ocurre...
-A ti y a todos, creo que nunca había dado una asignatura más peñazo que ésta...

Cuando quedan diez minutos para dar las 8 de la mañana, apuramos las tazas de café y agarramos las carpetas verdes y las bolsas; para ir al aula donde recibiremos la primera clase magistral del día, dos horitas bien buenas de ConCatalana (***). Cojo el sitio de siempre, con los demás del grupo, y pongo en silencio el móvil. Me apuesto que en menos de treinta minutos ya estamos hablando por el WhatsApp. Saco el PowerPoint imprimido en el que voy a ir apuntando los extras que añada el profesor con mi buena letra habitual.

ConCatalana me mola bastante (aunque mi favorita ya tengo decidida que es ConEspañola) pero no lo suficiente como para disfrutar a lo loco. Es una parte de historia que nos toca de cerca, pero digamos que la historia de Catalunya no ha sido tan movida como la de España. Aún así, estos días de Setmana Tràgica pueden llegar a calificarse de "apasionantes"; pero no tanto como para que dos horas con un descanso de cinco minutos entre medio no se te hagan largas.

Tras salir de ConCatalana, tenemos que subir al piso de arriba para dar Paleo (****). Se podría decir que ver crecer el césped es más apasionante que la historia de la diplomacia. Es algo de lo que no quiero saber más y muy lejos de la que espero sea mi especialidad. Una hora que se hace eterna.

Durante el primer descanso ya habíamos quedado que al salir de Paleo nos quedaríamos un rato vagueando por el campus; una actividad más que saludable que no sabes lo que llega a incrementar tu grado de relación social. Saliendo del edificio B nos ponemos las gafas de sol (cada uno su tipo, las mías normalitas, las del otro Ray-Ban de aviador, las de las chicas de tamaño soldador...) y mientras vamos de camino, hablamos de esto y lo otro.

-¿Ya tenéis decidida la especialidad que vais a coger? -pregunto yo. En días anteriores habíamos discutido largo y tendido sobre los pros y contras de cada una de ellas.
-Definitivamente, Historia Antigua. Tú al final irás a Contemporánea, ¿no?
-Sí, sí; a mí no me vais a hacer cambiar de opinión... Ya entré aquí con esa idea en la cabeza... ¿Y vosotras, chicas?
-Yo me lo tengo que pensar todavía...
-Yo Historia y Género... lo de la Historia Social no me acaba de convencer...

Salimos al Eix Central, muy cerquita de la Biblioteca de Ciencias Sociales. Por lo visto, la gente de la UPC están de exámenes, porque la densidad de carpetas blancas con dibujitos ridículos aumenta en un momento. Okupas en Nuestra Biblioteca. Observo a uno de ellos a lo lejos mientras me siento en el césped y las chicas encienden unos cigarrillos.

Se está tomando uno de los cafés de máquina más horribles que uno se puede tomar en esta universidad, está hablando con otro mientras mira al suelo con semblante de preocupación. Lleva un objeto negro en la mano, de unos 15 centímetros; y parece que está enseñando a su compañero a hacer algo. Parece como una calculadora, pero de tamaño casi grotesco. Con lo cómodas que eran las calculadoras Casio del instituto...

Lo más curioso de todo es que ese chaval se me parece mucho; y hace que me pregunte cómo sería mi vida si estudiara una de esas ingenierías...

-----------------------------------------------------------------------
(*) Historia Contemporánea de España I.
(**) Métodos y Técnicas para la Investigación Histórica.
(***) Historia Contemporánea de Catalunya I.
(****) Paleografía.
-----------------------------------------------------------------------

Este post ha surgido a partir de una inocente reflexión hecha durante un momento de enajenación mental producto de estar demasiadas horas estudiando lo mismo, que es "Seguro que si estuviéramos en otra carrera nos estaríamos tocando la polla ahora mismo". A fin de cuentas, si yo no hubiera cogido una ingeniería seguramente estaría haciendo la carrera de Historia.