viernes, 11 de junio de 2010

Una Vez al Año

Durante un año, hay varios momentos mágicos para el común de los mortales y para el común de los estudiantes. Uno de ellos, uno de los más especiales, es los momentos después de terminar el curso; en mi caso, momentos después de terminar el último examen.

El aire contaminado por los autobuses de Terrassa olía mejor, mis pulmones admitían más capacidad, la mochila pesaba menos, las (escasas) compañeras de universidad eran más guapas, el sol brillaba con su intensidad justa y las risas sonaban más fuerte que nunca.

A la mierda los condensadores de placas infinitas, a la mierda los diagramas de fases, a la mierda los polinomios de Taylor de varias variables, a la mierda las Tasas Internas de Recuperación, ¡a la mierda todo! ¡El verano me espera!

Al llegar a casa, tras las partidas de futbolín y la comida con mis compañeros de la uni en concepto de Celebración por el Fin de Curso he llegado a casa y me he tirado en picado al sofá, dispuesto a ver el partido inaugural del Mundial de fútbol entre Sudáfrica y México. Y entonces en mi cabeza ha aparecido el mensaje: "Batería agotada. Conécteme de nuevo a la corriente eléctrica."

El bajón que me ha dado ha sido uno de los más épicos que he tenido nunca. Toda la tensión acumulada liberada en pocos minutos, como un condensador gigante (¡Eh! ¿No los había mandado a la mierda?) que de repente libera su carga. Ha sido algo físico más que psicológico, me ha invadido un cansancio tremendo que conservo todavía. He intentado mentalizarme de lo que iban a ser mis vacaciones. Sí, Mis Vacaciones.

A ver... Los objetivos inmediatos son ver el GP de Canadá este fin de semana y recargar lo que me quede para empezar a currar el lunes como un mamoncete; el dinero no crece en los árboles pero sí en fábricas de fibras sintéticas y confecciones textiles varias. Tranquilos tal y como hice con la Nevera Gigante y con la Fábrica de Dónuses, esta fábrica también tendrá su apodo.

Por supuesto, estaré ahí el tiempo que me dejen, no sin guardarme una semana santuario: la Operación Talayot. Seis días en los que el planeta quedará concentrado en 127.4 kilómetros cuadrados; o sea, la superfície de la isla de Menorca. Londres fue un buen reset el año anterior, veamos qué tal son las vacaciones sin tener nada que resetear. Un poco sexo, drogas y rock'n'roll; pero sin sexo ni drogas ni rock'n'roll, no sé si me explico. Creo que no.

¿Agosto? Todavía no sé si seguiré trabajando en agosto por asuntos de montaje de máquinas y demás, supongo que tendré que ver si me compensa partirme el espinazo un mes más. Todo llegará.

Y todo esto sazonado con (esperemos) maratonianas jornadas de SimCity 4, kebabs clandestinos, escapadas nocturnas para devorar helados compulsivamente sin olvidar la por otro lado inolvidable Fiesta Mayor de Rubí. He hablado muchas veces de ella, más vale que veáis posts anteriores para entender de qué va esta especie de evento.

Mañana por la tarde me sentaré en mi escritorio y me haré la pregunta que me hago cada sábado: "¿Qué tengo que hacer este finde?" Por primera vez desde ni se sabe cuándo, la respuesta será "Nada".

Ah, vacaciones...

2 comentarios:

el bandero dijo...

Hace algún tiempo deje la uni, pero todavía recuerdo la sensación del día del último examen y sobretodo la juerga del siguiente sábado...
ESPERO QUE DISFRUTES EL VERANO!

Ander dijo...

¿A que es rarisimo cuando te da el bajon? Es que no te lo esperas para nada...
Aun asi ¡el verano es la hostia!